Edward Jenner
(1749-1823) fue el médico
británico que descubrió la vacuna
contra la viruela y allanó el terreno para
la aparición de la inmunología.
Jenner demostró las ventajas de la vacunación con viruela vacuna con respecto a la variolización: la inmunización con viruela vacuna no producía pústulas, no ocasionaba riesgo de muerte ni era foco de contagio a través de las personas vacunadas. Además, se trataba de una técnica relativamente fácil de realizar, por lo que en el libro "Origen y descubrimiento de la vacuna" se recomendaba su aplicación por parte de los padres o cuidadores de los niños.
Jenner demostró las ventajas de la vacunación con viruela vacuna con respecto a la variolización: la inmunización con viruela vacuna no producía pústulas, no ocasionaba riesgo de muerte ni era foco de contagio a través de las personas vacunadas. Además, se trataba de una técnica relativamente fácil de realizar, por lo que en el libro "Origen y descubrimiento de la vacuna" se recomendaba su aplicación por parte de los padres o cuidadores de los niños.
¿En
qué consistió el experimento de Jenner?
El experimento de Jenner consistió en la introducción de viruela vacuna procedente de una pústula de una ordeñadora a un niño de ocho años de edad. La descripción de tal evento la encontramos en su ensayo "Investigación sobre las causas y los efectos de la viruela vacuna":
El experimento de Jenner consistió en la introducción de viruela vacuna procedente de una pústula de una ordeñadora a un niño de ocho años de edad. La descripción de tal evento la encontramos en su ensayo "Investigación sobre las causas y los efectos de la viruela vacuna":
"Para observar
mejor cómo evolucionaba la infección,
inoculé la viruela vacuna a un niño
sano de ocho años. La vacuna procedía
de una pústula del brazo de una ordeñadora,
a quien había contagiado la vaca de su
señor. El 14 de mayo de 1796 se la inyecté
al niño a través de dos cortes superficiales
en el brazo, cada uno de los cuales tenía
la anchura de un pulgar.
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La vacuna |
El séptimo
día se quejó de pesadez en el hombro;
el noveno, perdió el apetito, tuvo algo de
frío y un ligero dolor de cabeza; durante
todo el día se encontró enfermo y
pasó la noche inquieto, pero al día
siguiente volvió a encontrarse bien. La zona
de los cortes evolucionaba hacia la fase de supuración,
ofreciendo exactamente el mismo aspecto que adquiere
la materia virulosa...Para cerciorarme de que el
niño, levemente infectado por la viruela
vacuna, había quedado realmente inmunizado
contra la viruela humana, el 1 de julio le inyecté
materia virulosa que había extraído
con anterioridad de una pústula humana. Se
la apliqué profusamente mediante varios cortes
y punturas, pero no dio lugar a ningún ataque
de viruela. En los brazos aparecieron los mismos
síntomas que provocan las sustancias virulosas
en los niños que han sufrido variola o viruela
vacuna. Al cabo de unos meses, le volví a
inocular materia virulosa, que en esta ocasión
no produjo ningún efecto visible en el cuerpo".
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