domingo, 21 de abril de 2013

Descubrimiento de la energía eléctrica

La antigüedad y los primeros intentos por explicar los fenómenos eléctricos.

Los registros más antiguos corresponden a las observaciones del filósofo griego Tales de Mileto (600 a.C) con respecto a la propiedad que presenta el ámbar de atraer pequeños objetos al ser frotado. El ámbar es una resina vegetal fosilizada, proveniente de restos de coníferas y otros árboles muy antiguos. Presenta tonalidades generalmente amarillentas, y los griegos la llamaban electrón.

El trabajo de Gilbert

El primero en utilizar el término eléctrico para designar en general a los variados materiales que al ser frotados se comportan de manera similar al ámbar, fue William Gilbert (1544-1603), médico de la reina Elizabeth I de Inglaterra. Sus investigaciones tuvieron por objeto separar los efectos eléctricos de los magnéticos, que por entonces parecían
más útiles por su aplicación a la navegación.
Ambos fenómenos estaban, en apariencia, relacionados y permanecían sin explicación desde la Antigüedad. Tradicionalmente, se interpretaba el movimiento de los cuerpos como asociado al impulso vital y a la presencia de un alma o ánima.
En este contexto se pensaba que los fenómenos eléctricos y magnéticos eran capaces de otorgar esta animación a los objetos inanimados mediante la comunicación de una especie de fluido vital. En la atracción que despertaban estos fenómenos, subyacía la ilusión de comprender el fenómeno de la vida y eventualmente controlar la naturaleza, a partir del conocimiento de sus leyes.
A medida que la Física se fue organizando como ciencia y avanzando en la definición de su metodología, sus límites y posibilidades, la electricidad se sumó al cuerpo teórico de conceptos fundamentales que permiten interpretar la estructura de la materia y sus cambios.
Los trabajos de Gilbert son los primeros que intentan abordar la comprensión de un grupo de fenómenos a partir de una metodología verdaderamente experimental. Gilbert comenzó por clasificar los materiales en dos grupos: aquéllos que adquirían estado eléctrico por frotamiento, como el ámbar, y aquéllos que no lo hacían.
Avanzó también en la determinación de que este efecto no tenía, en principio, relación con el aumento de temperatura, sino con el mismo frotamiento.
image

Grandes avances en el Siglo XVIII

A comienzos del siglo XVIII, dos científicos, el inglés Stephen Gray (1696-1736) y el francés Jean Desaguliers (1683-1744), encontraron que podían electrificar un corcho si lo unían por medio de un alambre metálico a un tubo de vidrio previamente frotado. El fenómeno se evidenciaba incluso si se separaban ambos cuerpos.
Luego realizaron otros experimentos que les permitieron plantear que al frotar los cuerpos aparecía una “virtud” o “fluido” eléctrico, que podía ser transmitido por algunos materiales, a los que llamaron conductores.
Un científico francés, François du Fay (1698-1739), descubrió que dos vidrios previamente frotados se repelían cuando se los acercaba. Al experimentar con otros materiales, como la resina, pudo identificar dos tipos de estados eléctricos a los que designó como fluido vítreo y fluido resinoso, según adquirieran al ser frotados con un paño de seda la carga del vidrio o de la resina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario